miércoles, 24 de abril de 2013


nómada

'...es como ir con maletitas por la vida de la gente, y cuando se cansan, cojo mis catástrofes, miro atrás y echo a andar. Y cuando decido con algún ser viviente decir un para siempre compartido, desaparece, rompiéndome un poco más.'
ACABAMOS EXISTIENDO POR LOS MALDITOS RECUERDOS

martes, 2 de abril de 2013


Y ahí estaba él, como cada mañana. La misma corbata de doble nudo le rodeaba el lindo cuello. Su caminar iba al ritmo del jazz que se escuchaba desde el bar de la esquina, en el que, como siempre, se hayaba un pobre anciano con su pipa entre sus labios mientras un ligero hilo de humo se desvanecía en el aire. La farola, que aún seguía alumbrando tras el crepúsculo, iluminaba con su tenue luz el fino rostro de aquel hombre. Un interminable amanecer se encontraba inmerso en sus ojos. Y su sonrisa. Esa sonrisa era capaz de provocar en tu cuerpo la misma reaccion que un  cubo de hielo dejándose caer por la espalda. 
Hizo un pequeño gesto a fin de advertir al chófer que él iba a ser el próximo en subir al viejo autobús urbano. Todos le admiraban al pasar o, al menos, es como lo veía yo. Éramos dos completos desconocidos. Como cada mañana el autobús se fue alejando mientras yo me quedaba de pie. Mirando. Sin decir nada. En todos los sentidos posibles, era un día más, salvo que no lo era.