jueves, 9 de enero de 2014

palabras duelen más que

coincidimos miradas y entramos al ring,
tragas saliva y huelo tu aliento alcoholizado al suspirar,
tu primer golpe empieza tartamudeando tus puñales,
y yo atada al suelo recibo todos con espera,
comienzo a desangrarme cuando tu sonrisa
deja de convencerme,
me quiero tapar los oídos pero es demasiado tarde,
balbuceas todo lo que me perseguía
en lo que osan llamar sueños,

quiero cogerte de la mano y correr a otro sitio,
a otra vida, y gritarles a todos que escapamos de esta,
como tantas veces hemos deseado hacer
mis lágrimas me deshacen los nudos y puedo alzar los brazos
para empuñar mi primer golpe,
un torpe abrazo lleno de quebranto

tu pose cae y solo podemos cogernos bien fuerte
esperando que este terremoto cese de una vez,
que el oleaje de nuestras retinas amanse
y que los que no no y los que si se fundan en un silencio compartido
que deshaga esta angustia, este dolor

el público inexistente se desinteresa,
ve lejos una real lucha,
y nos vemos reflejadas en un K.O.

estas risas venideras por llevarnos a tales rostros,
por rehuir de lo obvio, puede que por miles de recuerdos,
me llenan de ganas de respirar algo más que queroseno
y acompañarte a la utopía
quedándonos siempre tres pasos atrás,
en la parada del trén, despidiéndonos con unos muy cariñosos
'hasta que sepamos'

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