lunes, 27 de agosto de 2012

Muy de madrugada, cuando las penumbras se adueñan del cuarto dibujo entre sueños tu figura amada, me regalo un beso de tu boca excelsa y un abrazo tuyo me recorre el cuerpo.
Muy de madrugada creo de tus labios escuchar que me amas, cual canto celeste ornado de estrellas y luces del alba, que profundamente llega hasta mi alma.
Muy de madrugada me duermo soñando con un día claro y tus ojos glaucos, sol en tu sonrisa, flores en tu pelo y en tus manos blancas caricias latentes, para que me entregues.