lunes, 23 de diciembre de 2013

qué se clava más que esto me pregunto
lazos irrompibles que la maratón del tiempo está estrechándonos por el cuello, recuerdos que llenan el más vacío pecho, que nos incitan a levantar las manos en este pozo pesadillesco, a buscar el aire que nos haga sentir limpios, puros, nuevos, y del mayor salto al vacío mundo exterior nos encontramos otra noche con sonrisas de cristal y la mente lejana al ambiente, sin mayor precio a pagar que lo máximo dispuesto para ver nuestros retratos de frente observándose, viendo que la complicidad se arranca a bailar por nuestras caras y nuestros deseos de girar y olvidar son los mismos;
empezamos a despiezar máscaras de lo que para tantos es real, entre risas y tragos unimos este trágico puzle de mentes, vemos caras enemigas sonrientes y nos unimos al vaivén de los sentidos,
quizá haya quien purgue a la altura de los pies su carburante, quizás alguien ha creado su más magnifica pompa, quizás las plumas que había preparado para irse a la cima son adhesivo que lo une al asfalto
estos miles de colores nos dejan una nota en blanco, al abrir los ojos va cerrándose el telón, las butacas se llenan expectantes a oír detrás de las telas sollozar; huimos detrás de todo y cardíacos destrozamos todo muro con fuerza para acabar cayendo con el mas austero socorro y el abdomen buscando un tacto mayor que el de tanta mariposa muerta, en el pozo más profundo de nuestro ser
y ahora sola miro a los muros que me amparan, abrazándome con frío tacto y hundiéndome las espinas, mordiéndome lo que creía cicatriz, buscando vida en tanto dolor, buscando hacer desaparecer
todo
lo que nos rompió

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