viernes, 28 de marzo de 2014

microrelato

Un día al azar, un cualquiera que andaba siempre por camino seguro, monótono, decidido a no ver nunca más allá de sus pies, discrepó al toparse con el hombre que de vez en cuando se asomaba en el sendero.      
          - ¡Perdone! ¿Usted por donde anda? – preguntó, movido por su curiosidad.
El extraño, invitando a sentarse al curioso, carcajeó, levanto los brazos, disfrutó de una brisa que hizo al otro refunfuñar, y contestó:
          - Por donde me apetece.- tras la mirada perpleja del oyente, añadió – Verás, solo sigo a mis pies. Terreno que quieran pisar pisaré. Anduve en ríos a contracorriente, luché en arenas movedizas, corrí hundiéndome en la nieve por no congelarme… y siento un placer humano cada vez que lo hago.
Avergonzado, confesó el cualquiera:
      – Yo siempre he andando por lo marcado, siguiendo algo que de sentido a esta marcha.
       - Ay amigo, solo se encuentra el final, y a mi por mucho que no siga rumbo me busca, a si que mejor que me pille disfrutando del sendero.
Y gracias a esa curiosidad repentina, el cualquiera llegó a su primer destino. La vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario