viernes, 27 de julio de 2012

''3 de junio de 1989: ¡¡No entiendo porque no quiere besarme ni ser mi principe!! Me he peleado con la chica morena que decía que nunca podría conseguirle porque era pelirroja y estornudaba raro. Tengo un mechón suyo colgado en la pared, pero mi madre me ha dicho que lo quite. Ella aveces también me parece estúpida, creo que no comprende lo triste que me hacía, pero también creo que nadie aparte de mí lo hace.''
Lo leía por última vez. Lo leía entre risas. Gritaba y lloraba. Observaba la noticia del periódico que tantas veces recortó. La tiró al vacío. Oía los pasos de los hombres de blanco y sus compañeros de celda. También sus gritos y podía casi sentir su dolor. El olor a gas inundó sus pulmones, mientras que decía adiós al cruel mundo al que jamás le gustaría haber llegado, esperando encontrarse con sus victimas allá donde fuera para escupir un ultimo JÁ en su cara. Nadie tendrá jamas el placer de asesinarla como ella había hecho con sus seres queridos. ¿Como una persona que solo hacía el bien quitando de en medio a la gente molesta, puede ser tan odiada? Y con un paso al abismo saltó al vacío, a su futuro paraíso.